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Patadeperro

Por cierto (tarea)

Si alguien se entera qué dice la APA de cómo citar blogs, pues espero me cuente porque yo no sé.

Hacia la construcción de una agenda de Investigación de la Sociedad de la Información.

Un mundo tecnológico y nada nuevo.

Uno de los elementos que parece permear las reflexiones más recientes relacionadas con el Internet y, en general, con las llamadas nuevas tecnologías es el replanteamiento del hecho de que hace tiempo que dejaron de ser novedosas (aunque algunos usos, como el de los mensajes SMS, los mensajes multimedia o las cámaras de fotografía y video, por nombrar algunas nuevas funciones de los móviles y tomarlos como ejemplo, hacen que se reconfiguren las dimensiones de utilización y apropiación de una misma tecnología). Ahora bien, ¿qué queda después de una década de la Web, de varios años con los ordenadores de consumo, de la amplia difusión de las conexiones de alta velocidad, los móviles de última generación, las cámaras digitales, la convergencia tecnológica y muchos otros elementos que forman una ecología tecnosocial cada vez más envolvente e interdependiente que se autoreproduce y complejiza contínuamente? La respuesta no parece clara ni fácil y se complica a medida que más países, personas y gobiernos entran en el juego y mientras más y más procesos y estrategias dependen de bases tecnológicas. Además, es clave el hecho de que dichas bases inunden esferas tan importantes de lo social como el trabajo, la familia, el ocio o la política. Está claro que un amplio sector de la sociedad, no sólo en distinciones clásicas como norte o sur, rural y urbano o desarrollado y en desarrollo, sino como Aunque sigue siendo ciertoque el acceso a esta “tecnosfera”, con el Internet como espina dorsal, es elitista y sectario, existen dos elementos a considerar en ello: por un lado, la importancia que tienen dichos elementos tecnológicos en la nueva conformación cultural, simbólica y mediática en el mundo entero, protagonismo que permea a la sociedad en general, independientemente del acceso a la red o a cualquier otro insumo. Es decir, aunque millones de personas todavía no tienen acceso a la Red, al teléfono, incluso ni a recursos mínimos para la subsistencia, la mayoría de los gobiernos, instituciones educativas y empresas utilizan las computadoras y muchas veces al Internet (por nombrar dos herramientas) para la toma de decisiones en ámbitos que impactan a países, poblaciones y economías enteras. El segundo elemento a considerar es que los índices de acceso están incrementándose vertiginosamente en geografías que tenían un desequilibrio, como América Latina y Asia, así como en diferentes generaciones y en las mujeres (éstas y las personas mayores habían sido hasta ahora los grupos con menor acceso a Internet), lo que hace que poco a poco tienda a balancearse la desproporción existente, aunque está claro que el equilibrio de acceso nunca podrá estar ni siquiera cerca de la mitad de la población, ni dentro de los países ni entre ellos, por el simple hecho de que los accesos a la riqueza son desiguales (evidentemente, los países desarrollados tienen un índice mucho más alto de conectividad que los considerados en vías de desarrollo). A pesar de que hay avances positivos con base en políticas y acciones gubernamentales, académicas y sociales, todavía es largo el camino. Tendríamos aquí un primer objeto de conocimiento y un punto para la agenda: conocer las condiciones macro en las que se gesta la implementación de elementos tecnológicos, lo que podría hacerse en forma de indicadores o mapas de “conectividad” (cfr. Gómez y García, 2001) o en ensayos extensos que tomen como punto de partida un elemento y su relación con la tecnología (cfr. Carnoy, 2000)

Ahora bien, la cuestión no es sólo de forma sino de fondo ya que las tecnologías, por si mismas, no representan una condición “ética” o social. Las mismas herramientas pueden servir tanto para la organización de la ayuda para las víctimas del maremoto como para hacer volátil la economía de un país o para que personas con intereses comunes se comuniquen, independientemente de su lugar en el mundo. Es su uso y apropiación lo que les otorga sentido, más allá de su estructura y funciones. Por ello es necesario, por un lado, conocer las características intrínsecas de las herramientas y, por otro, sus posibilidades en diferentes ámbitos.

Responsabilidad y acción en busca del conocimiento.

Ya aceptamos como algo común que en la compra de un billete de cualquier transporte o la inscripción o utilización de algún servicio, se nos haga esperar porque “no hay sistema” y ello no puede más que significar la imposibilidad de actuación por parte de personas que cada vez dependen más de un ordenador, de una red, de un móvil o de elemento tecnológico. Hemos interiorizado, lo que algunos autores como Silverstone, Morley y Hirsch (1992) suelen llamar “domesticado”, a las tecnologías, de tal manera que no esperamos que el ascensor se caiga o el coche se descomponga, y aun así, cuando el móvil se queda sin batería, el ordenador se traba o el servidor, en contra de su nomenclatura, no sirve, la culpa siempre está en el Self de las máquinas y nunca en nuestra relación, conocimiento, uso y apropiación de ellas. Es decir, se han vuelto tan “transparentes” que la misma transparencia hace que desconozcamos por completo su funcionamiento, sus procesos, sus capacidades, fortalezas y debilidades. Necesitamos por un lado, utilizar adecuadamente la ecología tecnológica que nos rodea pero siempre acompañando este uso de la reflexión y la crítica (constructiva para matizar) acerca de ella. Su uso y apropiación, que si bien no es capaz de modificar lo social por si mismo, tampoco es del todo inofensivo. Ejemplos de dicho impacto podríamos tener muchos, el mismo lenguaje podría servir como uno, no sólo se ha llenado de neologismos y tecnicismos sino que incluso se ha “creado” uno especial para ciertas tecnologías como los “RK2” de los móviles. Un ejemplo extra sería la gran cantidad de personas que establece relaciones (de todo tipo) a través del ordenador y que acaba cambiando su vida por una mujer o un hombre que conoció a través de bytes. Estas pequeñas “anécdotas” de la Sociedad de la Información, nos pueden servir como pistas para un proceso mucho más complejo y serio que es el de reflexionar constantemente, desde lo social, porque es mi campo de interés pero que fácilmente podría extrapolarse a lo político, lo económico, lo cultural etc. (lo que me parece ha sido el objetivo de esta clase) sobre la llamada Sociedad de la Información. Esta tarea, si bien pasa por los académicos, las universidades y mayoritariamente (preocupantemente quizá) las empresas, debe buscar democratizarse, expandirse, elaborarse públicamente. De ahí que algunos de los fenómenos de este ambiente tecnológico resulten tan buenas metáforas de procesos necesarios y pienso en la comunidad que trabaja en proyectos de software libre quienes no sólo utilizan las tecnologías, crean las tecnologías, no sólo reflexionan comunitariamente sobre ellas, desarrollan proyectos comunitarios con ellas, no sólo establecen un punto de partida para pensar sobre las necesidades sociales a partir de la tecnología sino que piensan la tecnología a partir de las necesidades sociales. Tendríamos de esta manera dos puntos más en la agenda que se pretende construir: El continuar con investigaciones enmarcadas en la tradición cualitativa, reflexiva, crítica y cultural sobre el uso y la apropiación de las tecnologías por parte de las personas (cfr. Jones, 1999, 1997, 1995). Estoy de acuerdo con él cuando plantea que “El Internet no es sólo una tecnología sino un motor de cambio social, uno que ha modificado hábitos de trabajo, de educación, relaciones sociales en general, y, quizá lo más importante, nuestras esperanzas y sueños” (p.2).
El último punto, que me parece una asignatura pendiente para muchos académicos, es el proporcionar herramientas de difusión del conocimiento para el grueso de la sociedad, como dice Howard refiriéndose a un texto de Leslie Reagan Shade: “Los investigadores no sólo deben estudiar la forma en la cual las inequidades sociales son replicadas en línea sino también deben construir proyectos para revertir esas inquidades” (2004, p. 3). Esto puede hacerse en forma de difusión de resultados de investigaciones, de organización de sistemas de información sociales (cfr. Galindo, 1996) y de instrumentación de proyectos sociales que operen con base tecnológica.

Hacia una verdadera Cibercultura (a manera de conclusiones).
Me parece muy valiosa la anotación de Wellman, B. y Haywothnthwaite, C. (2002) quienes proponen un matiz en el estudio del Internet y comenzar a trabajarlo como un objeto de conocimiento que ya está integrado en nuestras vidas cotidianas. También concuerdo con González (2003) quien señala que más allá de nombrar a la Cibercultura como una nueva conformación de la esfera cultural con la característica de las tecnologías de información como un elemento fundamental de ella, requiere de un trabajo conceptual más allá del uso pragmático de una palabra que no alcanza a definir, teórica y epistemológicamente, lo que pretende significar. Ese podría ser el punto de partida y el reto para la agenda propuesta, un sistema de información que se base en el análisis inter y multidisciplinario y que nos lleve a comprender a fondo los alcances de este concepto de Cibercultura, y que en lo personal me gusta mucho. Este trabajo tendría que contar con (al menos) dos características:
a)Interrelación de los fenómenos macro y micro; desde los indicadores de conectividad, de transformación de modelos en diferentes ámbitos y de penetración tecnológica, hasta las experiencias personales, comunitarias y sociales en donde esos fenómenos impactan.
b)Responsabilidad social por parte de los actores, no sólo en la construcción del conocimiento sino en la difusión, crítica y búsqueda de modelos y estructuras que apoyen una mayor equidad en los diferentes niveles expresados en el punto uno.
Creo firmemente en que cada byte cargado de sentido es un fragmento más de este fractal que buscamos como reflejo de la sociedad que queremos, evidentemente Castells con su obra en tres volúmenes puso las bases para este planteamiento, ahora el reto es actualizarlo y presentarlo de formas diversas. Termino parafraseando a Marx con su famosa tesis once sobre Feuerbach: Hasta ahora los académicos se han dedicado a estudiar a la Sociedad de la Información, de lo que se trata ahora es de realmente gestionarla.

Bibliografía.
Castells, M. (2001). La Galaxia Internet. España: Plaza & Janés.
Castells, M (2000). La Era de la Información (Vol.1, 2, 3). España: Alianza Editorial.
Carnoy, M. (2000). Sustaining the New Economy.New York: Russell Sage Foundation.
Galindo, J. (1996). Cultura de Información, política y mundos posibles. Estudios Sobre las Culturas Contemporáneas, 2 (3), 9-23.
Gómez, E. (2000). Espacio, Ciberespacio e Hiperespacio: Nuevas configuraciones para leer la Comunicación Mediada por Computadora. Anuario de Investigación de la Comunicación (IX). México: CONEICC.
Gómez, E. y García, A. (2001). “Ciberespacio: algunas cifras y notas” en Ernesto Villanueva (Coordinador) Hacia un nuevo derecho de la información. México: Universidad Iberoamericana-Fundación Konrad Adenauer.
González J. A. (2003), “Cultura (s) y cibercultur@s: incursiones no lineales entre complejidad y comunicación, Universidad Iberoamericana, México.
Howard, P. (2004). “Embedded Media: How we know, What we know, and Society Online”. En Philip Howard y Steve Jones (Eds.). Society Online The Internet in Context. Estados Unidos: Sage Publications.
Jones, S. (Ed.) (1999). Doing Internet Research. Estados Unidos: SAGE Publications.
Jones, S. (Ed.) (1997). Virtual culture : identity and communication in cybersociety. E.U.A. : Sage Publications.
Jones, S. (Ed.) (1995). CyberSociety : computer-mediated communication and community. E.U.A. : Sage Publications.
Silverstone, R., Hirsch, E. y Morley, D. (1992). Information and communication technologies and the moral economy of the household. En Roger Silverstone y Eric Hirsh (eds.). Media and Information in domestic spaces. Nueva York: Routlegde.
Wellman, B. y Haywothnthwaite, C. (2002). The Internet in Everyday Life. Oxford: Blackwell Publishing:

Ahora si, algunos académicos.

Dado que casi no he pelado este espacio, pues al menos comparto algunas de las reflexiones y trabajitos de los doctorados, digo, que al menos a alguien le pueda interesar y servir este asunto no.

Lisboa

De Lisboa me gustaron:
- Los Pasteis de Belém (que son unos panecitos de crema con canela, deliciosos, junto con los alfajores argentinos son mi repostería favorita).
- El barrio de Alfama y el Baixo Alto, calles pequeñas, ropa y sábanas tendidas por todas las calles, el fado por las noches, el olor a pescado y la gente caminando por ahí.
- El Bacalhau y la cazuela de mariscos con arroz.
- Los tranvías.
- El portugués que es un idioma (con el acento portugués porque había muchos brasileños que se distinguían) con una sonoridad llena de Saudade

Bien, les dejo algunas fotos para que le den una revisada a estas cosas, están en la página de fotos.

Auditoría

Bueno, como voy a contarles que me fui de fin de semana a Portugal, primero quiero hacer públicas mis finanzas (por aquello del derecho a la información), y para que vean que todo se debe a una política de austeridad que da prioridad a los viajes (y los conciertos) y que ha estirado los ahorros de toda mi vida de trabajo. Bueno, pues resulta que en estos 5 años de trabajar en la universidad, pues había ahorrado todo lo que podía, no tengo propiedades ni perro que me ladre así que esos ahorros, sumados a la venta de mi carrito rojo, pues hicieron una cantidad que me ha permitido moverme un poco. Por otro lado, pues ya estando acá viajar no es muy caro, a Berlín me salió en menos de 100 dólares redondo, igual a Portugal y aunque a Turquía fue un poco más caro, es más barato el boleto que ir de México a Cancún, si a eso le sumamos que como cosas de supermercado, que camino en lugar de usar transporte y que mi cámara es digital (es decir, que no gasto en rollos y revelado) pues todavía me queda un poquito de dinero para viajar (un poquito porque ya estoy a punto de terminarme todos mis ahorros). Bien, dicho el estado financiero, pues les cuento de Portugal ; )

Fotos del celular

Para aquellas personas que dicen que vale más una imagen que mil palabras, pues he "colgado" (dirían los españoles) fotos tomadas con la camarita del celular. Este asunto es muy divertido porque es más fácil traer un móvil (nuevamente dirían los españoles)todo el tiempo que una cámara, así que de repente puedes tener acceso a algunas imágenes chidas, a mi me gusta jugar con él así que bueno, a ver qué les parece, ya saben donde encontrarlas.

Lhasa: un concierto,

El jueves me lancé al concierto de Lhasa en un colegio mayor, la verdad es que valió la pena el precio (que me pareció un poco alto por el lugar), imagínense a una mezcla de la voz de Edith Piaf con el estilo de cantar de Chavela Vargas, pero en un cuerpo de una hippie canadiense (de ojos rasgados) y con ciertas señas de mexicanidad (su papá es mexicano). Fuera de su estilo que en realidad es único, es muy potente en vivo porque trae a un grupo de músicos que hacen unos arreglos jazzísticos a una polka-ranchera, meten una guitarra de folk rock a una canción cantada en francés y se toman unas "licencias poéticas" para lograr una música sumamente desconcertante pero frescamente agradable (chale, soné como crítico de "La Jornada"). En fin, un concierto más, eso es lo rico de una ciudad grande (la misma ciudad de México es un ejemplo vivo de ello, no vayan a seguir con eso del mailinchismo). Presentaba su nuevo disco, la verdad es que vale la pena, se las recomiendo.

Primavera Cero

Llegó la primavera, el calor, las faldas cortas, el sudor, los escotes, los olores, los parques llenos, los pajaritos (cualquiera que me conozca sabrá lo que esto significa), las terrazas en los bares, la adrenalina en las calles, en fin, no sé si me gusta la primavera, me gusta la parte donde hace feliz de la gente, no me gusta la parte que anuncia la llegada del calor más tarde (que aquí es mortal), me gusta la parte de los lentes de sol, no me gusta que sea voluble y se la pase coqueteando con el verano sin dejar al invierno. En fin, que ya está aquí y la ciudad cambia, la gente está de mejor humor, no tengo que tragarme tanto humo en los bares (porque me puedo sentar afuera). En fin, creo que disfrutaré un poco esta parte, ya después veremos.

Escuchado por ahí

COmo buen sociólogo en ciernes, y viviendo en un país diferente del que estaba acostumbrado, pues son interesantes las imágenes que se aparecen de repente por la calle, por el metro, en la universidad, en los bares etc. Recuerdo un par de conversaciones y espero con ello abrir una discusión:

Situación 1
Estaba en la estación del metro Moncloa (se escuchó como "En la estación del metro Balderas...") y normalmente ahí se ponen unos que yo he dado en llamar: "Pescadores mercantiles" es decir, personas que trabajan para empresas diversas y que cuando caminas por ahí te "pescan" y te tratan de vender algo. Pues el otro día venía caminando y detrás de mi venían unos chavos africanos, vi cómo se acercó un tipo con una de esas sonrisas como de anuncio de pasta dental y le dijo a uno de ellos: "Hola, se ve que te gusta el fútbol, seguro le vas al Real Madrid, ¿te gustaría una tarjeta de socio?", a lo que el compa morenito le respondió: "A mi lo que me gustaría sería encontrar trabajo y tener papeles".

Situación 2
Estaba en el gimnasio éste al que acudo (¿no les había contado? Bueno, pues me inscribí en uno de esos gimnasios en los que hay de todo y para todos a un precio que dados los precios de aquí, no me pareció tan mal) y mientras usaba una de las caminadoras se pusieron junto a mi dos de esas señoras que podrían ser protagonistas de telenovela (guapas, ricas y maliciosas), una le decía a la otra, hablando de una tercera, que era una tonta: "imagínate", le decía, "lo que es tener falta de cultura, la tonta quiere irse a Cartagena de Indias, que porque es Caribe y es seguro para los turistas, tonta, seguro que no sabe que Cartagena es Colombia y que ahí secuestran tres mil personas al año, además, eso ni es Caribe, lo que es no haber viajado nunca", después de este comentario, de recordar la bella Playa Blanca y la banda colombiana, pues mejor me bajé de ese cachivache y me fui a donde estaban los ultramameys, que seguro esos si tienen cultura.

De estreno

Bueno, ya tengo Internet en casa y aunque tengo varias tareas pendientes, pues espero poder escribir al menos un poco cada día en este blog que está chafeando. Por lo pronto les diré que el compa que me vino a instalar el teléfono se llama Jorge, es cubano y acabamos tomándonos una chela después de que (con la ayuda de un Edgar reconvertido en chalán) instalamos el maldito teléfono, y digo maldito porque tardamos 5 horas en poder conectarme a Internet desde la casa. En fin, ¿el que quiera azul celeste que le cueste no?

Sobre el snobismo

Si, tienen razón, en principio quizá mi comentario no fue el más adecuado, ni en forma ni en fondo pero permítanme matizar con un par de cosas:

1. Tiene razón Lulú (por cierto, ella es una artista de verdad, ojalá algún dia podamos ver en México el documental que hizo viajando desde Venezuela hasta Nueva York en una camioneta, ya les contaré más de ello, un proyecto bellísimo porque seguía los pasos de un viaje idéntico que hizo su abuelo años atrás), decía que tiene razón y nunca dije que en América Latina no hubiera artistas tan buenos ni en cantidades tan grandes como las hay en Europa, de hecho, muchos de los artistas de Europa provienen de otras latitudes (también es cierto que históricamente Europa ha sido escenario vivo del arte, lo que no significa que no haya arte oriundo), bueno, sigo, lo que apuntaba con mi rollo era más bien el hecho de que el arte es precísamente tan cotidiano, que no parece haber una división entre "artistas" y consumidores de arte. Me encontré con manifestaciones muy cotidianas, nada del otro mundo pero lo suficientemente constante como para llamar la atención y que lo haya comentado.

2. Si, supongo que en partes de esa definición me incluyo y lo digo públicamente, a mi me gustaría ser artista y prefiero decir que me gusta ese pensamiento que por ejemplo, contarles que en Berlín hay coches chidos o mujeres guapas, si se trata de snobismo, bueno, al menos es de ese que implica un proceso de aspirar a ser una persona más preocupada con el mundo y no con uno de esos de querer tener la ropa de moda o el coche último modelo. Digamos que soy un snob con aires de intelectual y aspiraciones de artista jajajaja.

No, en serio, son solo comentarios, pero que bueno que despiertan el interés por leer diccionarios (digo, eso ya hizo que valiera la pena el ataque), gracias.

Fotos de Berlín

Ya están en la página algunas fotos de Berlín, por cierto, gracias por los comentarios :P

Del Anahuac al Welt

Parecería una apología de los alemanes en dos tiempos, quizá lo sea, no es la pretensión, la cosa es que impresionan al menos dos cosas de los germanos (y que por supuesto hablo de la gente de clase media, con educación porque es la banda con la que conviví): la capacidad para ser multiculturales (desayunan pan turco, comen en un restaurante indio, hablan al menos 3 idiomas y han vivido en países en donde se hablan, escuchan música brasileña y bailan salsa cubana), y por otro lado, que si lo combinamos con el punto anterior realmente se vuelve algo interesante, el hecho de que son amantes del arte (no sólo como consumidores sino como creadores a pequeña escala), tienen la mejor sala de conciertos del mundo, librerías hasta en los mercados, pinturas y galerías en cada barrio y una especie de disposición natural para lo artístico (hacen collages, escriben poesía, hacen fotografía, escriben cuentos, pintan, etc.). Estuve pensando en este asunto y desde la visión (no siempre bien llamada malinchista), me parece que hay modelos que, aunque en México se dan (digo, tengo compas fotógrafos, videoastas, periodistas, arquitectos y escritores en una ciudad como Colima) no están del todo mal como para intentar reproducir, sobre todo me refiero a espacios culturales y formas organizativas. Lo dejo para la discusión.

Berlín en bicicleta

Uno podría pensar en varios elementos para determinar si un país es desarrollado, para mi lo que lo demuestra en Alemania, al menos en Berlín, es que la gente va en bicicleta. Pareciera que digo una tontería pero la verdad es que tiene mucho sentido (y recursos) para que así sea: Hay cientos de kilómetros de caminos para bicicleta (marcados, con semáforos y todo) es decir que el gobierno apoya completamente la iniciativa, la gente tiene bicicleta y la usa (mamás con niños, punks, yuppies, trabajadores) es decir, la sociedad civil realmente utiliza la bici como medio de transporte, no contaminan, al contrario, hacen ejercicio, los coches los respetan (bueno, quizá los taxistas no mucho pero esos ya sabemos que son una especie aparte), y bueno, como el transporte público es tan caro (2 euros por trayecto) pues la verdad es que la opción no sólo es la mejor para todos sino que además es divertida. La verdad es que disfruté mucho reconocer Berlín en bicicleta (la vez pasada que estuve sólo la usé un par de días, esta vez me moví todo el tiempo en ella), me prestaron una de esas bicis como de película de Pedro Infante, como de lechero, y como había un clima primaveral pues la verdad es que el sol, el fresco sin llegar a frío, las imágenes de los berlineses en cafés y parques, tirados al sol y simplemente disfrutando la vida (claro, no me di una vuelta por las oficinas ni mucho menos, pero estos compas a pesar de su economía que no está del todo estable, al menos en el nivel micro, saben disfrutar la vida), hacían que el paseo siempre fuera una especie de tour.

Fotos

Por cierto, la nueva pagina de fotos es: http://www.flickr.com/photos/patadeperro. Es la misma pagina pero ya la personalice y pronto la organizare en carpetas, por lo pronto pues ya tiene el nombre que debia. Saludos sin acentos desde la Berlin soleada.

Desde Berlin

Bueno, por uno de esos descuentos en aviones en paises de primer mundo, me encuentro en Berlin de fin de semana, ya les contare algunas cosas de mi regreso a esta ciudad llena de rincones culturales, cerveza y bicicletas, un abrazo mientras tanto.

Un par más de Turquía.

En realidad quise escribir muchas más cosas de Turquía pero ahora ya creo que perdí mi oportunidad, lo que haré en todo caso es hacerme una especie de autopsicoanálisis de viaje (es decir, diré cosas que se me vengan a la mente en torno a Turquía en este momento), veremos qué sale.
1.Estambul es una ciudad enorme y llena de rincones extraños, los turcos tienen la extraña costumbre de poner todas las tiendas del mismo rubro juntas por lo que de repente te encuentras en la calle de los instrumentos musicales (me compré un darbunka turco para mi colección de percusiones del mundo, por cierto, la publicidad de la tienda era Shakira tocando uno de sus tambores en el famoso Unplugged de MTV), en la calle de las lámparas, en la calle de los muebles de baño etc.
2.Estambul es alucinante porque de un lado ves Europa y del otro lado ves Asia, puedes cruzar en ferry o por puentes (que apenas tienen 30 años, antes no se podía más que por barco), pero para que se den una idea de la magnitud de la ciudad, el autobús que nos llevó a Selçuck tardó dos horas en salir de la ciudad, por cierto, los camiones son super chistosos, muy lujosos y demás pero sin baño, aunque con “sobrecargos”, toda la noche van dos cuates sirviéndote agua, çay (té), café, panecitos, etc. la otra costumbre linda es que después de comer los meseros te tiran un chorrito de agua de rosas en las manos para que te las limpies y te huelan bien.
3.Un lugar que me encantó fue Ephesus (una antigua ciudad romana con calles, teatros y una biblioteca), que está precísamente cerca de Selçuck que a su vez es uno de esos pueblitos turísticos pero super agradables. En general las ruinas griegas son alucinantes (quizá porque no conozco Grecia, aunque dicen que estas están muy bien conservadas) y me pusieron a pensar en los orígenes de nuestra civilización. Otro de los puntos de relevancia turística (que ya no alcancé a visitar) son las ruinas de Troya, decidí no ir porque como la ciudad había ardido (los que hayan leído a Homero o visto a Brad Pitt lo sabrán), me pareció que habría cosas vivas que valían más la pena de ver así que me fui al Mediterráneo, a un pueblo que se llama Fetiyhe (primero a Pamukkale donde conocí a mi amigo Ali “el torturador”) que está a orillas del Mediterráneo que es un mar hermoso (aunque frío y lleno de rocas), pero los colores son alucinantes, de un verde y un azul intenso (imagínense un escenario de “Azul profundo”, claro, sin Enzo ni Jeaques), y conocí una de las playas más increibles que haya visto: Oludeniz, imagínense, una playa de rocas entre montañas que al final alimenta una enorme laguna de agua salada escondida al primer vistazo, con arena blanca y árboles que tienen ramas por encima del agua. Una cosa que recuerdo mucho es que llegaron un grupo de hombres de traje y metieron los pies al agua (pero ni siquiera se quitaron la corbata), Relindo (dirían los argentinos).

Domingo en el Bernabeu

Si les dijera que el domingo estuve dentro del estadio Santiago Bernabeu, no les mentiría. Si les dijera también que vi el partido entre el Madrid y el Barça, seguiría sin mentirles. En todo caso, les mentiría si les dijera que hice las dos cosas al mismo tiempo. Bien, resulta que Pepe me comentó que iba a trabajar pegando publicidad en el estadio, le dije que si había lugar para mi y me dijo que si, así que detrás de cada asiento del Bernabeu había una bolsita de basura patrocinada por el tigre Toño (si, el de las Zucaritas) y dentro de ella una barrita energética (para tener la energía de un tigre) y tanto la higiene del estadio como la energía de los asistentes fueron patrocinados por el sudor de mi frente. Bueno, no me puedo quejar, conocí el Bernabeu, me gané unos cuantos euros por darle la vuelta pegando bolsitas de Kellogs y además me regalaron al final una dotación de barritas (como dijo mi amiga Brenda, fue como ir a Chabelo, lástima que nadie quiso catafixiarme estos fabulosos premios por una entrada al partido), el desenlace ya lo conocen, perdió el Barça, yo me gasté mi lana ganadaen el mismo día en bares diversos (primero viendo el partido y luego consolándome por la derrota) y bueno, ahora sólo me queda una cruda y el consuelo de que pisé el Bernabeu el mismo día que se jugó un derby.

Hierro 3

Hay películas que, aún después de haber visto tantas, logran sorprenderme de una manera que no podría predecir. Ayer vi la “nueva” película de Kim Ki-duk: “Hierro 3” (Bin-Jip), aunque la traducción literal sería “Palo 3” (palo de golf). Este director es el mismo de “Primavera, verano, otoño, invierno y otra vez primavera” (Alma y Claudia, la que vimos en Buenos Aires). No les contaré mucho esperando que algún día puedan verla (no pierdan la oportunidad si se la encuentran por ahí) pero si quiero decirles que es una película que combina la estética oriental con la modernidad más cotidiana y es una verdadera obra de arte (tiene una de las secuencias mejor logradas de las que recuerdo), un segundo elemento, tiene dos protagonistas principales y en toda la película, ella sólo dice dos frases y el ninguna: ¡¡¡Una pasada!!! (dirían los gachupines), y bueno, es una historia de amor que básicamente propone que se puede amar a un “fantasma” y tener una vida feliz con la idea de alguien, más que con alguien, paralela a una vida terrible (o al menos esta interpretación es la que me gusta).

También vi otra, se llama: “Las tortugas también vuelan” de esa mejor no les cuento mucho porque es tremendamente depresiva (los protagonistas son todos niños kurdos: uno ciego, uno con una pierna amputada por una mina personal, una niña violada, etc.). Demasiado documental para ser ficción y demasiado dura para ser verdad.

Fotos

Bueno, en la parte de enlaces (a la derecha) ya puse el enlace a la página de fotos, espero la visiten y me comenten.