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Patadeperro

Y tu nieve, ¿ de qué la quieres?

Ayer que desperté, me encontré con la sorpresa de que la terraza de casa estaba completamente cubierta de blanco y no paró en todo el día de estarlo. Aunque no es la primera vez que veo nevar (es la segunda, y tristemente nunca en el volcán) hoy puedo decir que realmente supe lo que era nevar. Claro, ustedes se imaginan los Álpes suizos de un blanco inmaculado y los renos de Santa Claus por ahí rolando felices de la vida, pues a los que nunca han visto la nieve déjenme decirles que en la ciudad no es precisamente romántico el asunto, ¿por qué? Pues porque en la ciudad hay montón de mierda (literalmente y en sentido figurado), así que después de un rato, las calles son una especie de ríos de lodo con todo tipo de “embarcaciones” descendiendo por sus causes (eso sin contar el frío, que sumado a lo mojado que quedas, pues hace que se ponga...”interesante”). Y sin embargo, cuando llegué a la universidad (el campus está como a unos 20 minutos de Madrid) fue cuando las cosas se pusieron claras (otra vez literalmente y no). Las montañas llenas de nieve, los árboles como esculturas de hielo, los jardines con sus “zonas verdes” invadidas por el blanco. La neta es que me sentí feliz. El diario decía que hacía más de 20 años que no nevaba de esta manera. Hoy salió el sol y se acabó la diversión.

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