El milagro de Totó
Era sábado por la tarde, el plato fuerte (al menos para mi) de este día en el fesival era la presentación de Totó la Momposina. Puntual, sola, con un vestido azul con motivos rojos y amarillos, comenzaba su canto; el proceso de transformación. Músicos con sombrero vuelteao, tambores y ánimos de fiesta, conforme iban avanzando en cumbias, porros y hasta en sones, el Manzanares se fue volviendo una rama del Magdalena, la Mahou que estábamos tomando se convirtió en Águila, los cuerpos rígidos de los europeos se volvieron surcos en la tierra arada, olas en el Tairona, flores en Medellín: bailaban. Cuando cantó aquella frase de: "Yo soy colombiana, ¡oh tierra hermosa donde nací!" la transformación fue total, todos nos apellidamos Buendía y fuimos colombianos. Un señor que lo era por derecho de nacimiento lloraba mientras su mujer movía las caderas como solo una colombiana puede hacerlo, mientras que con sus ojos cerrados se transportaba a Barranquilla. Si Midas lo que tocó lo convertió en oro, Totó cuando cantó convirtó a Madrid en Mompos, a todos en colombianos y de paso a ella en Diosa. Increible el concierto, me hace extrañar más ese país que se robó mi corazón y lo perdió en algún lugar del Putumayo o en la Sierra Nevada o bajo el azul del caribe. ¡Salud hermosa Colombia!.
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Koleia -
ANA -